Esta mañana al cerrar el maletero del coche ha habido algo que me llamaba la atención. Algo no cuadraba. ¡Ya está!: la antena.¡ Me han robado la antena del coche!. ¿ero habrá sido hoy? ¿puede que me falte de más días y no me haya dado cuenta? Estando en estos pensamientos me llama mi muje desde la acera para decirme si me había dado cuenta que no llevaba la antena. Así que ha sido esta noche cuando algún hijo de puta no ha tenido otra gracia que hacer que quitarme la antena. ¡Me cago en la madre que lo parió!
Y de repente me he visto, ¿hace cuanto? ¿veinte, quince años? Acompañando a mi Primo que le dio por arrancar unas cuantas antenas ya que antes se la habían quitado a él; con C. que le quitaron un tapacubos y quitamos(él, él) dos juegos completos, ocho, vamos. O con P que una noche a la salida de la discoteca le dio por romper retrovisores.
2 comentarios:
esto no tiene otra moraleja que: el que roba a un ladrón, tiene cien años de perdón.
cambia la máquina y métela en el aparcamiento.
Pero si yo nunca hise ná!!! solo acompañaba...
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