Llevo unos zapatos nuevos ( dos días hace que me los compré). Y voy con una sensación de extrañeza, de tantear el acoplamiento zapato-pie, de ver si se amoldan bien, si hice la elección correcta. Por que en la tienda yo me siento un poco presionado; pido el 44 o el 45 a ver cuál me viene bien, si este tiene una horma más grande pues el 44. Me los pongo intentando que no se arruguen por el empeine y compruebo si me aprieta en el dedo gordo."Sácame el otro a ver" y , sí, este parece que va bien, holgado pero sujeto. Me los llevo.
Pero es al día siguiente, cuando te los pones y sales a la calle, y andas, cuando empiezas a ver, con un poco de miedo, que tal te sientan. ¿ Me los he comprado un poco grandes? ¿debería haber andado en la tienda con ellos? Y compruebas que están un poco duros ( pero ya se sabe, con el uso luego se pasa), que no te hagan herida en el talón. Hace falta que pase el tiempo, que los lleves todo el día para que se adapten, para que lleguen a ser como un guante para tus pies.
Claro, para que suceda esa conjunción los zapatos te deben de gustar desde el principio, deben de ser buenos y más o menos de tu número. Por que si no, si tienes dudas sobre si debí comprarlos marrones y no negros, o pensaste que aunque parece que me vienen un poquito, muy poquito grandes y con unos calcetines gordos se arregla, suele pasar que con el tiempo crece el desajuste. Y piensas " tenia que habérmelos probado antes" , o haber ido a otras tiendas a ver más modelos, no comprarlos solo por que estuvieran rebajados. Al final no te los pones y piensas si aún los podré cambiar.
En fin, que vale la pena comprarte unos que vaya cómodo el pie( sobretodo si estás mucho tiempo de pie), unos zapatos buenos y que duren mucho...
A mi es que me gustaban mucho lo que tenia, iba muy cómodo. Y quería seguir así. Además sabes que para eso hace falta tiempo, andar mucho. Aunque hay gente a la que le gusta cambiar de zapatos, tener muchos, o solo llevarlos nuevos...
¿Por donde iba? ¡Ah! Bueno, si quieres te compras zapatos( o mocasines, sandalias, zuecos o espardenyes. Ahora te puedes comprar lo que quieras) o si no vas descalzo.
4 comentarios:
Buenísimo.
Real como la vida misma.
Yo creo que si cuando eres joven y buscas pareja, tuviésemos claro la teoría de Orfi, del amor como un caso de contabilidad casera, con su debe, haber, su cuenta de resultados, beneficios y pérdidas...(su comentario en Amor, locura y Música, de LaBurbuja)o la teoría tuya (espectacular) de la compra de los "Zapatos Nuevos" mejor nos iría a todos.
Pero quizá cuando nos invade la revolución de hormonas en plena juventud es difícil de controlar una compra compulsiva.
Lo mejor, lo mejor es lo de no comprarlos porque estuvieran rebajados...BUENISIMO.
Felicidades, escritor, me ha encantado.
Gracias,( me sonrojo)no es pa´tanto. No creo que en la juventud se tenga menos criterio. Quizá es más de que tipo de calzado quieres; si lo quieres bueno y resistente o... Yo que se! ¡si siempre he ido descalso! ;D
jajajajaja...vamossss, no seas modesto, que lo de pisar la arena descalzo siempre ha sido una gozada.....
Que digo yo, que me voy a ir de compras, hay un par de zapaterías que tengo que ir a visitar...
Pues ya sabes hay que probarselos, sin cortarse, andar un poquito por alli y todo. Y no te los compres xinos que el p´lastico huele muxo
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