
Día del padre y te levantas con
esta noticia sobre las dudas que tienen algunos sobre su paternidad. Es que madre no hay más que una pero padre...
No me hago yo mucho a la idea de ser padre ( bueno, algo si , claro está) y que me venga mi hija con un regalito. Unos zapatos, les he llamado la atención deque me los podían haber regalado de primera mano, no así desgastados. Me han dicho que qué tonto, que es que se llevan así, que son modernos, no desgastados.
Yo es que tengo una cruzada personal contra la moda esta de pantalones rotos o gastados, bueno y todo tipo de ropa y complementos.
Después me los he tenido que poner ante la insistencia de mi hija.
Por cierto, yo lo único que recuerdo del día del padre es que en el colegio preparábamos algún regalo; ahora ya no lo hacen por que se ve que tienen en cuenta los que no tienen padre( bueno, tenerlo si pero estarán divorciados, etc y no viven con ellos). Todo sea para que los niños crezcan sin traumas.
Y para acabar una obra muy socorrida para esta cosas. Bueno es más socorrida aún para las bodas civiles. Yo creo que en todas te sueltan la parte del matrimonio de El Profeta de Khalil Gibran. Pues aquí va la de los hijos.
Y una mujer que sostenía un niño contra su seno pidió: Háblanos de los niños.
Y él dijo:
Vuestros hijos no son hijos vuestros.
Son los hijos y las hijas de la vida, deseosa de sí misma. Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros.
Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen.
Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos.
Porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas.
Porque sus almas habitan en la casa del mañana que vosotros no podéis visitar, ni siquiera en sueños.
Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no busquéis el hacerlos como vosotros.
Porque la vida no retrocede ni se entretiene con el ayer. Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia delante.
El Arquero ve el blanco en la senda del infinito y os doblega con Su poder para que Su flecha vaya veloz y lejana. Dejad, alegremente, que la mano del Arquero os doblegue. Porque, así como Él ama la flecha que vuela, así ama también el arco, que es estable.